Ale nos habla de la importancia del ejercicio.

El ejercicio es medicina para el cuerpo, el alma y el corazón. Nuestro cuerpo está diseñado para moverse, para ser libre, para estar en contacto con la naturaleza. Muchos estudios han revelado el sin número de beneficios que tiene realizar actividad física diariamente.

En mi experiencia trabajando con niños, veo el impacto positivo que tiene en sus vidas. Biológicamente, previene enfermedades, baja los niveles de azúcar en la sangre, nos da sensación de bienestar y nos eleva el ánimo pues incrementan los niveles de serotonina, dopamina y endorfinas en el cerebro. Además, es supresor del cortisol, la hormona segregada por estrés y ansiedad. También previene la hipertensión, osteoporosis, mejora la densidad ósea, regula la presión arterial, aumenta tono y fuerza muscular, mejora la flexibilidad y movilidad en las articulaciones y reduce la sensación de fatiga.

Aparte, tiene otros beneficios psicológicos como refuerza la autoestima, autovalía y autoimagen. Reduce el aislamiento social, aumenta el estado de alerta y disminuye el grado de agresividad, ira y angustia. Mejora el rendimiento académico y definitivamente los niños que hacen ejercicio son más felices. Se les empieza a desarrollar el fijarse metas a corto, mediano y largo plazo, ayuda en la formación de buenos hábitos, disciplina, constancia, motivación y aprenden a que son los arquitectos de su propia vida. Es una excelente alternativa en el tratamiento de niños que presentan ADD (attention deficit disorder), un tipo de ADHD (Attention Deficit Hyperactivity Disorder ).

Con mi socia, Luchi Sanjose, tenemos la bendición de trabajar con niños desde los 5 años en un programa de acondicionamiento físico. Este programa está diseñado con la intención de empoderar y ayudar a los niños a que encuentren y potencialicen su fuerza interior, descubriendo su propia visión del mundo y cruzando sus límites usando como vehículo de aprendizaje la actividad física para crear así una mejor sociedad.